Andares de cine

Ismael Tchou (8 años, de madre africana) coge el Ave en Atocha rumbo a Barcelona. Se ha fugado de su casa porque quiere encontrar a Felix Ambrós, su padre, al que nunca conoció. Su única pista es una dirección de un apartamento en Barcelona, escrito en una carta dirigida a su madre. Una vez ahí consigue encontrar el edificio, pero en el apartamento en vez de encontrar a su padre, se topa a una elegante mujer de unos cincuenta años, Nora, que resulta ser la madre de Felix Ambrós, su desconocida abuela. El encuentro que desencadena Ismael con el deseo de conocer a su padre biológico, hará que todos los personajes traten de saldar sus cuentas con el pasado.

Otra vez más me vuelvo a sorprender con el cine español. Malditas y equivocadas referencias que tenemos tantos españoles de que nuestro cine no merece la pena. Lástima. Pero gracias a películas como "Ismael" tenemos un cine impresionante, lleno de valores y sentimientos muy complejos de plasmar en la gran y pequeña pantalla .

La trama es algo que desde el segundo uno sobrecoge a cualquiera: 

Un niño, Ismael, (Larsson do Amaral) de 8 años que se escapa de su casa, de la armonía y de la felicidad en la que vivía con su familia (madre biológica y padre adoptivo) para conocer a su padre biológico, que vive a 500 kilómetros de ellos y que ni si quiera sabe de la existencia de su hijo.

El padre, Félix, (Mario Casas) que vive sólo, apartado de sus raíces familiares por falta de comprensión materna y que dedica su vida profesional a educar y proteger a adolescentes con problemas sociales ('delincuentes', como diría su madre). Entre sus conmovedores sentimientos (como la ya nombrada mínima relación con su madre) se encuentra un corazón roto desde hace años, como consecuencia del abandono del amor de su vida.

La madre, Alika, (Ella Kweku), una persona que dejó todo lo que quería para tener a su hijo. Un hijo fruto del amor de tres meses con un chico al que había estado tratando como paciente en una clínica de rehabilitación. Es una mujer que aunque se casó con el marido perfecto, que la ama y la adora, sigue enamorada del hombre que le destrozó el corazón.

El padre adoptivo, Luis, (Juan Diego Botto) es el padre y marido perfecto. Quiere al hijo de su mujer como si fuera suyo propio (prácticamente lo crió él también desde que nació) y está perdidamente enamorado de su mujer. Es un personaje que sufre al ver la mirada de su mujer fijándose en el padre de su hijo.

El amigo, Jordi, (Sergi López) es el 'punto salao' de la película. Un personaje clave en la evolución de Nora (la abuela). Y un conector pacífico en la tensa relación que hay entre Félix y Nora.

La cuestión de la interpretación es algo, a mi parecer, casi perfecto. Voy a empezar de lo peor a lo mejor para terminar con un buen sabor de boca:

Ella Kweku: no me la creía. Es el personaje peor interpretado de toda la película. A mi gusto hubiera necesitado más drama en su cara en los momentos finales, más vergüenza en su cara cuando miente a su marido, más enfado con su hijo cuando se escapa de casa, más odio cuando recuerda los que tuvo que pasar por culpa de Félix... En líneas generales no me gustó nada esta actriz. Incluso me pareció inverosímil la entonación que ponía al decir las frases, me recordaba a cuando los niños hacen teatro y hacen esa inflexión con la voz dependiendo del tipo de enunciado que tengan que pronunciar. 

Larsoon do Amaral: me gustó mucho. Siempre dicen que es difícil conseguir que un niño consiga lograr el nivel interpretativo que se precisa, pero yo creo Larsoon lo ha conseguido notablemente. En muchas ocasiones, Larsoon, logra hacernos reir con su naturalidad y esa 'preguntonería' que tienen los niños. Es cierto que hay tres escenas (que no desarrollaré para no spoilear) en las que se le nota sobreactuando. Pero en líneas generales consigue hacernos sentir la ternura e inocencia de un niño que solo quiere conocer a su padre.
Sergi López: estupendo. Es el personaje responsable de que la película no pueda categorizarse solo como drama. Te hace reir, es natural, sincero. Un músico nostálgico que pese a tener en sus recuerdos más desgracias que felicidades sabe sacarle el lado bueno a todo. Su acento catalán acompañado de los chascarrillos constantes que suelta en cada frase son una de las esencias de la película. Aunque es un personaje secundario y quitando el peso que tiene sobre la evolución en la personalidad de Nora, la película no sería la misma, ni por asomo, sin su interpretación.
Mario Casas: descubro en él, con esta película, una nueva faceta como actor. No he visto su interpretación en la película de La Mula (2013), pero sí le he visto en Grupo 7 (2012) y, lo siento, pero no me pareció que hiciera un papelón como todos dicen. Es la primera vez que le veo como un actor 'adulto' y realmente me ha impresionado. Ha sabido transmitir emociones (algo que siempre se le critica) y ha sido capaz de dar a conocer sus pensamientos con la mirada. Esto último recuerdo que lo hizo en dos momentos diferentes de la película y me pareció alucinante que pudiera transmitir de esa manera.
Belén Rueda: lo de siempre con esta mujer: sublime, perfecta, impresionante y desbordante. Se ha convertido en mil personajes diferentes durante toda la película: la madre ocupada que ignora a su hijo; la abuela sorprendida que alucina con la situación y se la quiere quitar de delante; la mujer que en diez segundos sabe que debe dejar de lado su trabajo y ser la madre en la que su hijo pueda apoyarse; la madre dolida y resentida frente a los reproches de su hijo; la abuela que aprende a querer a su nieto en dos días; consigue borrar a la mujer fría, sosa y estirada que lleva dentro para sacar su faceta de rebelde juvenil, para ser feliz... es una actriz extraordinaria que jamás podrá encasillarse en un papel por su capacidad polifacética.
Juan Diego Botto: el mejor. Sus apariciones fueron más bien breves, no era el malo de la película pero sí el 'obstáculo' de la pareja enamorada. Su interpretación es excelente y la mejor de toda la película. El sufrimiento que siente su personaje cuando ve que su mujer no lo quiere tanto cómo él pensaba, y la posibilidad de perder a 'su hijo' le desbordan, le destrozan y le rompen. Y esas emociones son algo que Botto transmitió de principio a fin. Mi escena favorita de la película es él llorando y hablando con Alika. Es una escena sencillamente real y dolorosa pero, a su vez, es perfecta.

'Abordaje' a Marcelo Piñeyro (director) y a Verónica Fernández (guionista) en el Pase de prensa [con GUIÓN FIRMADO incluido]