Andares de cine

Esta nueva película de Peter Jackson me recuerda a las actuales series de televisión en los que hay capítulos malísimos y capítulos espectaculares. Digo esto porque, a mi parecer, podría dividir la película en dos partes: la primera, que abarcaría la primera hora; y la segunda. que engloba desde esa primera hora (aproximadamente) hasta el final. Así que vamos a desarrollar estos 'dos capítulos' de El Hobbit: La desolación del Smaug.

-Primera Parte: el comienzo de la película se me hizo muy lento. Fue aproximadamente una hora dedicada a las presentaciones de escenarios, de nuevos personajes y un desarrollo lento de los acontecimientos. Es bueno que te expliquen el porqué de la trama, que te hagan ver como van variando las personalidades de los personajes desde la primera película, por ejemplo el comportamiento más atrevido y valiente de Bilbo quién comienza de una vez por todas a formar realmente parte de la compañía de enanos.

Además en este 'primer capítulo', como diría Tarantino, la emoción y las sorpresas no abundan. Se sabe quién es el malo, que opinión tienen todos de todos, cómo actuarán los enanos, Gandalf, Bilbo y el resto de personajes frente a 'X' situaciones, nada que ver con la segunda parte.

-Segunda Parte: la mitad de la trama de la película se comienza a poner, por fin, más interesante. Se nota que hay muchos más momentos de acción, de lucha, de intriga, de 'maldades' por parte de los personajes y, en ocasiones, sorpresas por partes de los protagonistas y sus maneras de actuar y comportarse. En mi caso 'me llevé una decepción' de Thorin, a quién le tenía por un personaje más leal. Sin embargo, el enano Balin compensó el desencanto de su compadre con el carisma que mostró a lo largo de toda la película.

Una de las sorpresas, quizá esperada por algunos debido al enorme séquito de orcos, es la aparición de Sauron. La película a penas le da importancia a esto, lo que me hace pensar que en la siguiente, y última, entrega de El Hobbit viviremos el incremento del poder del Nigromante.

Posiblemente mi parte favorita es el encuentro entre Bilbo y Smaug. Estas escenas son, a mi gusto, las más divertidas de toda la película, dónde el desubicado hobbit muestra, en todo su esplendor, su inocencia, su labia y sus raíces de 'Bolsón Cerrado'. El encanto que tiene para desenvolverse en una situación tan peliaguda y los chascarrillos que suelta ,no sólo en estas últimas escenas sino a lo largo de todo el film, hace que sea sin duda el protagonista más afable y fascinador de todas las entregas de Peter Jackson (tanto de 'El Hobbit' como de 'El Señor de los Anillos).

Otros dos datos a señalar, y que casi se me pasan por alto, son los efectos especiales y la banda sonora. No soy una experta ni en musicología ni en temas relacionados con el montaje ni maquetas ni nada que tenga que ver con la creación de escenarios y efectos cinematográficos. Pero como sencilla espectadora, y en ocasiones crítica de películas, me parecieron sorprendentes. La música es sublime desde el principio hasta el fin, pese a que recurre en un par de ocasiones a la melodía de El Señor de los Anillos.

Y los efectos son gloriosos, quizá por el visionado en 3D, pero gloriosos.